EL MAR DE ARAL

La desaparición de el Mar de Aral ha tenido un impacto devastador en las comunidades locales, tanto desde un punto de vista ambiental como social. Aquí hay algunos efectos significativos:

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6/15/20246 min leer

MAR ARAL
MAR ARAL

El Mar de Aral, una vez el cuarto lago más grande del mundo, es un ejemplo desgarrador de cómo la intervención humana puede alterar drásticamente un ecosistema.

Situado en Asia Central, entre Kazajistán al norte y Uzbekistán al sur, este lago endorreico ha sufrido una reducción catastrófica en tamaño y volumen debido a políticas de irrigación insostenibles.

Historia y Declive El Mar de Aral, conocido en kazajo como Aral Tengizi y en uzbeko como Orol dengizi, cubría originalmente un área de 68,000 km² en 1960.

Su existencia se remonta al período Neógeno de la era Cenozoica, cuando la depresión sobre la que se asienta comenzó a llenarse de agua. Durante décadas, fue alimentado por los ríos Amu Daria y Sir Daria, que proporcionaban un flujo constante de agua dulce, manteniendo su ecosistema próspero y diverso.

Sin embargo, en la década de 1960, la Unión Soviética emprendió un ambicioso proyecto de irrigación para cultivar algodón y otros cultivos en las áridas tierras de Uzbekistán y Kazajistán.

Este proyecto desvió el curso de los ríos que alimentaban el Mar de Aral, lo que resultó en una disminución dramática de su tamaño.

Consecuencias Ecológicas: La reducción del Mar de Aral ha tenido consecuencias devastadoras.

La salinidad del agua se ha disparado, superando los 110 gramos por litro, en comparación con los 33-37 gramos por litro de los océanos.

Esto ha llevado a la extinción de muchas especies nativas y ha convertido los deltas de los ríos Amu Daria y Sir Daria, una vez fértiles, en desiertos salinos.

Además, la disminución del Mar de Aral ha afectado el clima local, haciendo que los veranos sean más calurosos y los inviernos más fríos. Las tormentas de polvo y sal, cargadas con pesticidas y productos químicos tóxicos del lecho seco del lago, han creado graves problemas de salud para las poblaciones locales.

Esperanza y Recuperación:

A pesar de la magnitud del desastre, hay esfuerzos en marcha para revitalizar partes del Mar de Aral.

El Mar de Aral Norte ha mostrado signos de estabilización gracias a la construcción de una presa que ayuda a mantener el nivel del agua. Además, hay proyectos internacionales que buscan desarrollar cultivos resistentes a la sal y la sequía en el antiguo lecho marino, ofreciendo un atisbo de esperanza para la región.

Reflexión Final: El caso del Mar de Aral es un recordatorio sombrío de la fragilidad de nuestros ecosistemas y la necesidad de gestionar los recursos naturales de manera sostenible. Mientras que algunas áreas pueden estar más allá de la recuperación, las acciones actuales pueden prevenir futuros desastres y, con suerte, restaurar parte de la belleza y biodiversidad que una vez caracterizó a este impresionante lago endorreico.

Los esfuerzos internacionales para revitalizar el Mar de Aral son variados y abarcan desde la reforestación hasta la gestión del agua. Aquí hay algunos proyectos destacados:

Reforestación y Control de la Erosión:

Uzbekistán, en colaboración con actores internacionales, ha iniciado una serie de iniciativas para rehabilitar el área afectada por la desecación del Mar de Aral.

Un proyecto clave es la plantación de un bosque en el lecho seco del lago, con el objetivo de mejorar el medio ambiente regional.

Se han plantado más de 1.000.730 hectáreas con plantas resistentes a la sal y la escasez de agua.

El ‘saxaúl negro’, una planta nativa, se utiliza como un escudo natural para retener la arena y la sal tóxica, evitando que sean arrastradas por el viento.

El Fondo Internacional para Salvar el Mar de Aral (IFAS)

En 1993, cinco países de la cuenca del lago - Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán - firmaron el Estatuto del IFAS.

Este fondo se dedica a revertir los daños causados y ha estado activo durante más de 30 años. Un hito significativo fue la construcción de la presa de Kokaral en 2005 por parte de Kazajistán, que resultó en la formación del Pequeño Mar de Aral, estabilizando su nivel de agua.

Conferencias y Soluciones Innovadoras:

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha impulsado conferencias internacionales para discutir “Acciones conjuntas para mitigar las consecuencias de la catástrofe de Aral”. Estos encuentros buscan nuevos enfoques y soluciones innovadoras, así como atraer inversiones para los proyectos de restauración.

Estos proyectos representan un esfuerzo conjunto para no solo restaurar el ecosistema del Mar de Aral, sino también para mejorar la calidad de vida de las comunidades locales afectadas por esta catástrofe ambiental.

Aunque el camino hacia la recuperación es largo, la cooperación internacional y el compromiso local están sentando las bases para un futuro más sostenible para la región del Mar de Aral.

La presa de Kokaral ha tenido un impacto significativo en el Pequeño Mar de Aral.

Construida en el norte del que fue el Mar de Aral, esta presa de hormigón ha jugado un papel crucial en la separación y recuperación de la parte norte del antiguo lago.

Impactos Positivos:

• Estabilización del Nivel del Agua: La presa ha permitido contener las aguas en la parte norte y evitar que se viertan en la parte sur, lo que ha resultado en la estabilización del nivel del agua en el Pequeño Mar de Aral.

• Mejora del Ecosistema: Desde su construcción, se han apreciado cambios notables como un suavizamiento del clima local y la restauración de la fauna autóctona.

• Resurgimiento de Poblaciones de Peces: La presa ha sido el catalizador de un increíble resurgimiento de las poblaciones de peces locales, lo que indica una mejora en la biodiversidad y la calidad del agua.

Impactos Negativos:

• Desecación del Mar de Aral Sur: Mientras que el Pequeño Mar de Aral ha mostrado signos de recuperación, la construcción de la presa ha acelerado la desecación total del Mar de Aral Sur, que se considera casi irrecuperable.

En resumen, la presa de Kokaral ha tenido un efecto dual: ha contribuido a la recuperación del Pequeño Mar de Aral, pero también ha tenido consecuencias negativas para el Mar de Aral Sur. A pesar de los desafíos, la presa representa un paso importante hacia la restauración de una parte del Mar de Aral y ofrece esperanza para la región afectada.

La situación actual del Mar de Aral Sur es bastante preocupante. En los últimos 50 años, este cuerpo de agua se ha secado casi por completo, lo que a menudo se describe como el "peor desastre medioambiental del mundo".

Hoy en día, la superficie del Mar de Aral Sur cubierta por agua es menos del 10% de su extensión original. La salinidad del agua se ha multiplicado, acabando con la vida marina y transformando las costas en un páramo de sal.

A pesar de los esfuerzos de recuperación, la región sigue luchando con las consecuencias del desastre. El suelo salino y estéril ha hecho que sea difícil cultivar casi cualquier cosa, excepto plantas halófilas como el Atriplex, o arbusto salado.

Un equipo de investigadores japoneses está experimentando con este tipo de plantas para ver si pueden ser un cultivo viable para los agricultores de la región y potencialmente alimentar una pequeña industria láctea.

Además, se están recopilando datos climáticos en tiempo real e imágenes por satélite para comprender mejor las condiciones de la zona y elaborar un modelo de agricultura sostenible para la región, recomendando a los agricultores que adopten nuevos métodos de irrigación y planten cultivos más resistentes a la sal y la sequía.

En resumen, aunque hay esfuerzos en curso para adaptarse a las nuevas condiciones ambientales y mejorar la situación, el Mar de Aral Sur sigue siendo un ejemplo de las graves consecuencias que pueden tener las políticas de gestión del agua mal planificadas y ejecutadas.

La desaparición del Mar de Aral ha tenido un impacto devastador en las comunidades locales, tanto desde un punto de vista ambiental como social. Aquí hay algunos efectos significativos:

Impacto Ambiental:

• Salinización del Suelo: La disminución del agua ha llevado a la salinización del suelo, lo que ha afectado negativamente la agricultura y la vida de las comunidades locales.

• Cambio Climático Local: El secado del Mar de Aral ha tenido un impacto negativo en el clima local, aumentando la frecuencia de tormentas de polvo y sal, lo que ha causado problemas respiratorios y de salud en las comunidades cercanas.

Impacto Social y Económico:

• Pérdida de la Industria Pesquera: Las comunidades que dependían del mar para su supervivencia han sido diezmadas. La industria pesquera se ha extinguido, y miles de personas han visto cómo su medio de vida se ha esfumado, con el consecuente aumento del desempleo y la pobreza.

• Problemas de Salud: La exposición al polvo y la sal en suspensión ha causado problemas respiratorios y otras enfermedades entre la población local.

Esto es lo que queda de una mala gestión humana, desarrollada en pocos años y, que necesitará muchos lustros, para compensar en lo posible futuras generaciones.

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